¿Puede una malvada y poco atractiva bruja convertirse en una reluciente y hermosa
princesa, sin ayuda de la magia? ¡Puede! Sometiéndola a una completa y ardua sesión de
limpieza de cutis,
maquillaje, peinado, higiene y terminando con la selección de la
ropa correcta. Los milagros existen y se hacen a mano.