Controlas un balón que recorre un túnel sin aparente final. A medida que avanzas la velocidad irá aumentando, así como diversos agujeros en el camino por los que podrías caer al abismo. Evítalos saltando a las paredes contiguas y procura ir recogiendo las joyas esparcidas durante el trayecto. Un juego que requiere precisión, nervio y sangre fría.
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