Jugar al
billar tiene un puñado de alicientes y siempre es un juego muy interesante. Pero en este caso todo ello se incrementa porque estás ante un
billar de ambientación
zombie, donde el taco es un brazo humano, las troneras están repletas de vómito y la tela anda hasta los topes de podredumbre. Las reglas, sin embargo, siguen siendo las mismas de siempre.