Este pequeño individuo con antenas vive literalmente agobiado por el pasar del tiempo. Tal es así que debe evitarlo dando saltos. Justo cuando las manecillas del reloj vayan a golpearle, tendrá que esquivarlas dando un salto en el aire, seguido de otro a la llegada de la siguiente manecilla. Y así deberá resistir el máximo de tiempo posible.