A la rutina habitual de seleccionar un automóvil de gama alta y recorrer un escenario con total libertad para acelerar, frenar, derrapar o incluso
chocar, añadimos un nuevo elemento: Monstruos. Pero no de carne y hueso, estos son
monstruos de cartón que deberás reventar con tu coche. Cuantos más destruyas, mayor el placer personal.