Dicen que vivir en la gran ciudad puede ser muy estresante. Sobre todo si eres como
Rapunzel y para cada actividad del día te cambias de
ropa y complementos. Pasear al
perro, tomar un café con las amigas, citarse con el novio o acudir a un evento requieren sus propias telas, joyas y bolsos.
Rapunzel vive la vida al límite.