Afina la
puntería porque ha llegado el momento de lanzar
flechas. ¿A dónde? Pues siguiendo la estela de Guillermo Tell, a una manzana encima de una cabeza. Calcula al fuerza, la curvatura y la distancia y suelta la cuerda del
arco. La
flecha se clavará en la pared, en la manzana o, en el peor de los casos, en tu amigo.