¡Julio Verne inspirando un juego de emparejar!, ¿no es fabuloso?. Si Phileas Fogg hubiese sabido, antes de partir, que la
carrera que le esperaba, ya larga de por sí, incluía tomarse la molestia de solucionar completos
rompecabezas a base de juntar piezas de idéntico color, seguramente se habría quedado sentado en el sofá de su sala de estar.